miércoles, 17 de octubre de 2012

La Liberación

Imagen 857
 
Imagen 856
 
Imagen 825
 
De pronto, yo era libre. Repentina y espontáneamente libre. Pero… yo aun pensaba como prisionero. Es imposible entender que eres repentinamente libre. Después de haber vivido seis años como prisionero, uno no sabe qué hacer con la libertad
Zvi Steinitz (Israel)
 
El 22 y 23 de abril de 1945, terminada la guerra, los soldados soviéticos y polacos liberaron a más de 3000 prisioneros que aun estaban en el campo. Entre ellos muchos detenidos enfermos no lograron recuperar su salud y murieron en el camino a casa. Algunos se salvaron, para comenzar a vivir el dolor de la postguerra.
La suerte de Sachenhausen volvió a ser triste: el servicio secreto soviético trasladó el campo especial Nro. 7 al centro del antiguo campo de concentración de Sachsenhausen. Allí, en los mismos edificios donde los nazis habían mancillado a sus prisioneros, los soviéticos detuvieron, en idénticas condiciones, a funcionarios nazis de bajo rango, perseguidos políticos (soviéticos esta vez) y algunos delincuentes comunes o sospechosos de crímenes, que eran detenidos arbitrariamente por los rusos. Eran jóvenes, viejos, hombres o mujeres. Estaban o no marcados por su pasado nazi. Desde 1945 hasta 1950 Sachsenhausen se convirtió en el campo especial más grande de la zona de ocupación soviética. Se supone que por allí pasaron unos 60 mil prisioneros, un 25% de ellos puede haber muerto por desnutrición y malos tratos. El resto por otros motivos. Algunos sobrevivieron y pagaron condenas.
Entre tanto, una comunidad luchaba por encontrar un espacio en donde reiniciar su vida. Para muchos el sentido de libertad era una entelequia, el sentido del regreso a casa una ilusión sin sentido. ¿A que casa? ¿Con quién? Todos los que habían pasado por un campo de concentración habían perdido familia y amigos. Ninguno sabía dónde ir en una tierra arrasada por la guerra, que sufría bloqueos y otra serie de barbaridades. Era difícil comprender la libertad.
Sachenhausen fue finalmente desmontado en 1950. En 1956 comenzaron a hacerse planes para convertirlo en lugar conmemorativo y entonces se salvaron algunas de las edificaciones que hoy sobreviven. En 1961 se abrió al público como Monumento Nacional del Recuerdo y Conmemoración de Sachenhausen.
Desde entonces, Berlín se enfrenta diariamente a la historia que le cambió su historia y evita olvidar, aunque empieza a perdonar, con esfuerzo.
 
Imagen 787

Imagen 784

No hay comentarios:

Publicar un comentario