miércoles, 17 de octubre de 2012

La caida

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Después de la histórica participación de dos líderes mundiales: Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov, en realidad, la caída del muro de Berlín está asociada más íntimamente a una anécdota histórica, una “metida de pata” oficial, que puso fin a toda esa angustia en la noche del 9 de Noviembre de 1989.
La situación creada por la existencia del muro estaba llegando a niveles de bastante preocupación. Incidentes diplomáticos entre la Republica Checa y Alemania debido a la afluencia de Inmigrantes, protestas de los gobiernos austriacos y húngaros y evasiones incontrolables hacia las Republicas firmantes del Pacto de Varsovia, así como variadas protestas en contra del gobierno de Alemania Oriental, que mandaron al traste al mismísimo Líder de la RDA, Erich Honecker, obligó a los gobiernos a revisar su férrea política migratoria.
El 6 de noviembre se publicó un proyecto de ley, que suavizaba las restricciones, pero obtuvo un rechazo casi unánime por parte de los actores políticos y sociales que motorizaban los cambios. El día 7, el Consejo de Estado anuncio un plan que permitía viajes al exterior, si se obtenía un permiso. El día 9 de noviembre, la crisis que amenazaba todos los estamentos del gobierno Alemán, hizo que el Consejo de Ministros aprobara un plan que permitía la libre movilización entre ambas Alemanias y el exterior. Ese plan, que aun tenía pequeñas objeciones y que debía ser aprobado por el gobierno central, se anunciaría – como proyecto que buscaba calmar los ánimos - el día 10 a las 4 de la tarde. Pero, la creciente ansiedad de todos, se intentó calmar con la comparecencia, en una conferencia de prensa, de los miembros del politburó. Allí, el portavoz, Gunter Schabowski, presa de los nervios, acabó sin saberlo con el Muro de Berlín.
Schabowski, sacando de sus bolsillos unos papeles arrugados donde estaban las ideas más importantes del plan que se anunciaría al día siguiente, y que todavía no era Ley, respondió a la pregunta de un periodista de la agencia ANSA sobre la nueva ley de viajes:
- "Los viajes privados al extranjero se pueden autorizar sin la presentación de un justificante — motivo de viaje o lugar de residencia. Las autorizaciones serán emitidas sin demora. Se ha difundido una circular a este respecto. Los departamentos de la Policía Popular responsables de los visados y del registro del domicilio han sido instruidos para autorizar sin retraso los permisos permanentes de viaje, sin que las condiciones actualmente en vigor deban cumplirse. Los viajes de duración permanente pueden hacerse en todo puesto fronterizo con la RFA."
El periodista (Su nombre es Riccardo Ehrman) consciente de tener en sus manos la respuesta que todos estaban esperando, preguntó
- ¿Esa ley cuando entrará en vigor?
Schabowski, sin saber lo que estaba diciendo y creyendo que la decisión del Consejo de Ministros ya había sido tomada, respondió
- De Inmediato
Eran las 6 y 57 de la tarde y no hubo tiempo para enmiendas; ateniéndose a lo declarado por el vocero del polit buro, que había sido transmitido en directo por toda la televisión alemana, miles de alemanes fueron hasta los puntos de control del Muro demandando su paso hacia el otro lado. Los soldados fronterizos aun no habían recibido instrucciones. Pero, la presión de la gente pudo más: Aun sin tener una orden concreta, el punto de control de Bornholmerstrase quedo abierto a las 11 de la noche del 9 de Noviembre.
Fue un día de grandes júbilos (yo recuerdo las imágenes en los noticieros de TV en mi casa de Caracas) Mistislav Rostropovich un antiguo exiliado del Oeste, fue hasta el muro a animar su destrucción. Muchos de los televidentes que estaban viendo las noticias, corrieron hasta el lado del muro y los ciudadanos de ambas ciudades, empezaron a despedazar el muro valiéndose de cualquier herramienta.
Entonces comenzó la reunificación. Una ciudad dividida comenzó a borrar cicatrices y perdonar. Lo que nunca hicieron fue borrar el muro: había que vivir con él, como recuerdo de lo que son capaces los gobiernos. Desde entonces están buscando una vía al perdón. Por suerte, se han dado cuenta que existe, pero que no es una autopista. Aun necesitan algo de tiempo.
Mientras tanto, Berlín, una de las grandes capitales europeas, crece, se dinamiza, alcanza niveles extraordinarios de modernidad y va directo hacia el futuro. Les costó muchas lágrimas.

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