Diremos que La Aragónno la pudo amenizar
por un contrato que tuvo
en una empresa radial…
Si la suerte no está de mi lado, entonces sucede algo un poco más complicado que no entiendo, pero aprecio enormemente.
Hace unos días, Rayi me comentaba divertida que, parte de la celebración de los 15 años de una jovencita cubana consiste en vestirse de dama de 1800 y venir a La Plaza Vieja a hacerse una sesión fotográfica a cargo de artistas del lente dedicados a ese trabajo, o amigos bien intencionados. Muchas veces esa es toda la celebración que permiten sus mermadas economías (el apoyo gubernamental para fiestas de quince es cada vez más exiguo) y posee la magia del recuerdo imperecedero.
Pues bien, en nuestro paseo de hoy, hemos tropezado con una linda jovencita viviendo su posado de rigor en la fuente de Plaza Vieja (escenario favorito para tal actividad). Enseguida, junto a quien desarrolla su labor profesional, un buen grupo de espontáneos contribuye a perpetuar el momento. Supongo que la jovencita (nada tímida, por cierto) se sentirá en ese momento como una estrella de modelaje y eso debe alegrarle el ánimo, todos la acompañamos con gusto y varias poses típicas después, ella misma da por terminada la función.
Luis Carbonell (cuyo disco, felizmente he conseguido) y sus “15 de Florita”, no dejan de resonar en mi mente.
Hace unos días, Rayi me comentaba divertida que, parte de la celebración de los 15 años de una jovencita cubana consiste en vestirse de dama de 1800 y venir a La Plaza Vieja a hacerse una sesión fotográfica a cargo de artistas del lente dedicados a ese trabajo, o amigos bien intencionados. Muchas veces esa es toda la celebración que permiten sus mermadas economías (el apoyo gubernamental para fiestas de quince es cada vez más exiguo) y posee la magia del recuerdo imperecedero.
Pues bien, en nuestro paseo de hoy, hemos tropezado con una linda jovencita viviendo su posado de rigor en la fuente de Plaza Vieja (escenario favorito para tal actividad). Enseguida, junto a quien desarrolla su labor profesional, un buen grupo de espontáneos contribuye a perpetuar el momento. Supongo que la jovencita (nada tímida, por cierto) se sentirá en ese momento como una estrella de modelaje y eso debe alegrarle el ánimo, todos la acompañamos con gusto y varias poses típicas después, ella misma da por terminada la función.
Luis Carbonell (cuyo disco, felizmente he conseguido) y sus “15 de Florita”, no dejan de resonar en mi mente.
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