Es la única sección del presidio original (una amplia edificación de tres alas) que se conserva casi idéntica y se recorre con el miedo en la boca. Es la cárcel dentro de la cárcel: el sitio de reclusión del campo, en donde la GESTAPO tenía en confinamiento solitario a muchos presos importantes y enemigos personales de Hittler.
Son pequeñas celdas en las que solo hay una cama y un ventanuco al exterior por el que era inútil asomarse, si lo hacían todo lo que podían ver era el dolor de prisioneros macilentos soportando sus rutinas. Los prisioneros del área de confinamiento solitario (la cárcel) estaban a salvo del trabajo forzado pues en su mayoría eran intelectuales y gente con preparación especial que le eran útiles al régimen, por lo tanto comían un poco mas y mejor, y eran tratados con cierta consideración, hasta que su función terminaba. Entonces eran torturados hasta arrancarles secretos que al régimen le parecían valiosos, casi siempre asociados a algún avance médico o tecnológico, y luego asesinados de maneras muy creativas. Muy pocos de esos “prisioneros especiales” vivieron para contarlo. Quienes lo hicieron, narran dolorosos testimonios: historias que no pueden superar la sofisticada maldad de nuestros días.
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