domingo, 20 de octubre de 2013

Santa Rosaura de todas las necesidades

Ya me estoy acostumbrando a dejar en este blog, pedazos de corazón alivianado por las bondades numerosas que me consigo cada vez que pongo pies y mente fuera de mi casa. Amigos que se va uno haciendo por eso caminos de Dios y amigos que la vida se empeña en mantener cerca, porque vinieron a la vida de uno a hacérsela más grata. Es el caso de Rosaura (y Judith, mi negra adorada) dos de las personas más generosas, respetuosas y divertidas que yo he conseguido en este largo peregrinar por la vida.
Podría llenar páginas y páginas contando anécdotas que hacen de esta amistad un lazo indestructible, podría llenar aun mas paginas, diciendo quienes son. Pero, eso voy a guardármelo en el egoísmo de saber que hay una parte de esas personas extraordinarias que guardo para mí, dentro de mí, para protegerme. Lo que si pienso hacer es compartir, con quien me lee, uno de los secretos mejor guardados de Margarita: si usted llega allí y no conoce a Rosaura, usted conoce solo la mitad del sonido. Rosaura se dedica (lo hace  por necesidad y oficio, pero lo hace por pasión y eso es lo bueno) a hacer que la estadía de los visitantes sea exitosa. Rosaura está en la Isla para resolver las necesidades de todo el que le pida ayuda, cobra por eso, (ni más faltaba) pero, uno termina sintiendo que ese dinero jamás ha salido del bolsillo de uno. Rosaura hace transporte (usted dice a donde quiere ir y ella se ocupa de que usted llegue bien a destino, o mejor aún, usted sugiere lo que quisiera hacer y ella se ocupa de proponerle un itinerario fantástico y hacerlo llegar allá) Rosaura consigue las cosas imposibles, Rosaura conoce el mejor chiringuito de playa y lo recomienda con los dueños (a mi me atienden como un príncipe saudí donde llego porque ella se ocupa de eso) Rosaura sabe dónde ir a comer sin gastar mucho, o donde ir a disfrutar el mejor y más lujoso ambiente sibarita y hace que usted entre allí, como Pedro por su casa, Rosaura sabe dónde comprar lo que usted necesite comprar, Rosaura le consigue apartamento ajustado a su presupuesto, Rosaura conoce al taxista más solidario y el destino más idílico y Rosaura conoce el sitio donde venden el mejor hojaldre de manzanas que yo me he comido jamás, recién salido del horno.
¿Se me olvido algo? Quizás, porque Rosaura nació para resolverlo todo y para que usted se venga de Margarita con el mejor recuerdo de haber sido atendido por una señora de modales impecables, de cercanía precisa, conversación agradable y generosidad ilimitada. Si eso no es saber ser la mejor amiga de este mundo, entonces yo no sé nada de la vida y debo retirarme a un convento de clausura.
No voy a dejar el teléfono de Rosaura aquí escrito, porque en este país esas cosas no se hacen, pero si usted va para Margarita, necesita alguien que lo ayude a pasarla bien (créame, en Margarita moverse “por la libre” no es fácil) y no ha pensado en anfitrión todavía, déjeme un mensaje (con su información de contacto) usando el espacio reservado para los comentarios del blog. Yo me ocuparé de que Rosaura se ocupe de usted y usted me lo agradecerá toda la vida. Eso es lo mínimo que yo puedo hacer por una amiga tan valiosa.
Gracias por todo, Rosaura querida, te has ganado con creces cada palabra de las aquí escritas.

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