sábado, 19 de octubre de 2013

White Beach, el chiringuito


 Se puede ir a Margarita y pasar todo el tiempo tirado sobre una toalla comiendo sándwiches que se preparan en casa. Se puede ir a Margarita y no gastar dinero en bebidas frías a la orilla de la playa, se puede ir y vivirla como uno vive la playa en cualquier lugar del mundo. Pero, no se debería ir NUNCA sin ir a Playa Parguito y sin instalarse en White Beach, por lo menos una vez.
White Beach es un chiringuito de playa. Ni más ni menos. Un chiringuito tradicional, pero del más alto vuelo. Un lugar en donde lo que cuenta es que uno lo pase bien y ellos también. Ellos, son los administradores argentinos que, realmente, pasan de ejercer el gentilicio y toleran con simpatía y buena cara las demandas de sus clientes.  Conseguir una tumbona en primera fila de playa no siempre es fácil, dependerá de la hora en que usted llegue, pero, por suerte, se puede reservar  (cumplen las reservas con exactitud de santo) y llegar un poco más tarde. Sirven almuerzos bastante caseros, preparados con muy buena mano y cariño, a precios de lo más solidarios, bebidas frías, cocteles (hacen un mojito bastante respetable) y todo se lo llevan a uno a la tumbona, con una sonrisa perfecta y el mejor ánimo de este mundo. Tienen duchas con agua corriente, lo que es una bendición porque puede uno sacarse el pegote del agua salada y cambiarse de ropa allí mismo y además, es casi siempre una fiesta temática en la que todo el mundo lo pasa perfecto.
Conocí White Beach hace como 5 años en una rumba de mojitos, cervezas heladas y todo lo bueno que tiene la playa en estos días de vacaciones y siempre regreso como si de pagar una promesa se tratara. White Beach es el sinónimo mejor escrito de vacaciones en el Caribe y eso no lo cambia nada; no iba yo a dejar de nombrarlo en este recuento de Nueva Esparta, mucho menos después de esa gran fiesta de despedida que me han organizado sin saberlo.

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