No tiene la emoción del descubrimiento personal de los miles de rinconcitos encantadores de la ciudad, pero sirve perfectamente para tener una visión global, más o menos completa de una ciudad que merece todas las visiones en profundo y revisado.
Hemos regresado de Regla, tenemos media hora antes del paseo, así que nos instalamos en el malecón, reponemos energías y abordamos el autobús, justo en el momento de la salida. Recorremos una ruta que incluye todos los sitios que ya hemos visitado y que adquieren otra cara si los miras “desde arriba”. Dos horas después volvemos al Malecón, recogemos el auto y el hambre nos asalta.
Es el momento de conocer “una paladar”…
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