Es una sopa medio “salvaje” así que realmente no se cuidan mucho las apariencias. Yo creo que se hace así:
En una cacerola pesada (de hierro o algo así) se sofríe abundante cebolla amarilla bien troceada, ajos machacados y un par de cebollines picados en rueditas, con algo de su parte verde. Una vez marchitos, se agrega una mezcla de diferentes hongos (no pude reconocerlos, pero supongo que champiñones, portobello y setas de varios tipos hacen el efecto) picados a “lo salvaje”. Se sofríen junto a las cebollas y ajo. Se agrega papa, picada en cuadritos medianos. Todo este sofrito se cocina por un ratico junto. Luego se agrega una cantidad mediana de pollo desmechado y si se quiere, algo de carne de res también (es una sopa esencialmente de pollo, pero lleva algunos pedacitos de carne de res, supongo que para mejorar aun más el sabor) Esas carnes se desmechan muy bien, de modo que al servir la sopa parezcan hebras de carne y no trozos de comida. Finalmente se añade el caldo en que se han preparado las carnes y se cocina la mezcla anterior en ella. Se deja por un buen rato a fuego mediano, hasta que todos los sabores se amalgamen y las papas estén casi a punto de deshacerse. Se agrega un poco de perejil y se sirve caliente.
Esta receta la fuí escribiendo a medida que iba tomando la sopa. No percibí especies, más que pimienta y sal, y puedo asegurar que el sabor delicioso provenía de la mezcla de hongos. Eso me aseguré de comprobarlo, pregunté a la mesera y me dijo que en efecto, era una sopa que se hacía con varios tipos de hongos; lo que hace complicada la cosa, pues imagino que los hongos que se consiguen en Latvia no son los hongos que uno puede comprar en el mercado principal, pero hay que atreverse. Este es un sabor que no he logrado olvidar.
viernes, 7 de octubre de 2011
La inolvidable sopa Letona
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