No es exactamente lo que más me gusta ver. Siempre pienso que de las cosas militares hay que mantenerse suficientemente alejado, hemos padecido no pocas calamidades por darle espacio a las botas pesadas y las telas de camuflaje. Pero, en Riga, los años del horror de la guerra y de la ocupación soviética, están demasiado vivos y son demasiada presencia. Eso quizás hace que sea importante entrar a este museo, ubicado en una de las poquísimas torres medievales que sobreviven.
Más que historias de guerra, sin embargo; lo que hace más interesante la visita es la historia reciente de un país cuya independencia y renacimiento es un evento del pasado temprano. Esa historia está contada por una gran colección de fotografías y algunos otros documentos que, puestos juntos, cuentan sin palabras la historia de la nación.
Puede incluso, ser divertido; en alguna de las salas hay una especie de juego de batalla naval interactivo y muy artesanal que, realmente, provoca una partidita…
viernes, 7 de octubre de 2011
Museo de la Guerra
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario