Una vasta extensión de terreno en el centro mismo de la ciudad a cuyo alrededor conviven pacíficamente visitantes y locales, en la que es posible visitar restos de diferentes edificaciones que formaban la ciudad y el precioso Hephaisteion o Theseion, templo construido en 440 AC y que se considera el edificio histórico mejor conservado de la humanidad. Yo me permito el chiste de llamarlo “el partenoncito” (por razones obvias) y lo reviso hasta saciarme.
Recorremos el espacio gigantesco donde antes funcionaba la ciudad y para despedirnos, entramos al famoso Stoa de Attalos , un edificio reconstruido totalmente a mediados del siglo XX y que hoy alberga el Museo del Ancient Agora, una visita que no solo es obligatoria, también es impactante.
Salimos y nos refrescamos un poco en los alrededores del barrio Tyssios, empezamos a desandar nuestros pasos vagando sin rumbo fijo hasta el barrio Plaka, y de allí regresamos al hotel.
Descansamos hasta la hora de cenar y salimos en busca de un restaurante decente para celebrar nuestra visita a Atenas. Lo encontramos a pocas cuadras del hotel; en el barrio Plaka un elegante restaurante nos ofrece, a la luz de las velas, una rica cena de Mousakka, Ensalada griega y cerveza fría.
Magnifico.
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