El lugar “para estar” en Istambul es, sin ninguna posibilidad de duda, el barrio de Sultanahmet. Es tal la cantidad de hoteles, restaurantes y sitios de interés concentrados en este barrio que es un desperdicio alojarse en otra zona. Desde el Four Seasons, hasta modestos hotelitos de 50 o 60 euros por noche, Sultanahmet ofrece todas las opciones. Una de esas es la nuestra: ILKAY HOTEL; un modesto hotel de excelente ubicación atendido por gente muy amable, donde hemos tenido el único percance del viaje. Después de todos los paseos del día, hemos llegado a la habitación para encontrarnos con el aire acondicionado dañado, lo que hace imposible dormir en la noche caliente del verano de Istanbul. Nos atacó el modo más neurótico que tenemos y movilizamos al personal del hotel para que se ocupe de nosotros. Nos han dado una habitación en el piso 6 del edificio trasero, al que se llega cambiando tres veces de ascensor (casi un viaje espacial) pero que es mucho más cómoda y tiene un aire acondicionado impecable que nos garantiza frío casi glacial.
EMRIT, nuestro recepcionista de guardia se siente tan contento por haber abortado el motín que me invita – a mi sólo – una cerveza fría. Para él, las mujeres no beben, (también creo que no existen, supongo que por fundamentalismo musulmán)
EMRIT, nuestro recepcionista de guardia se siente tan contento por haber abortado el motín que me invita – a mi sólo – una cerveza fría. Para él, las mujeres no beben, (también creo que no existen, supongo que por fundamentalismo musulmán)
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