Una de las cosas magnificas de Londres es que la mayoría de los museos nacionales son gratuitos. En todos hay una especie de gigante alcancía donde le piden al visitante depositar un mínimo de 3 libras; pero, eso es una donación voluntaria que nadie está obligado a dar para poder entrar. El que no mete nada en esa “alcancía” igual accede al museo.
Esa es una ventaja que merece ser aprovechada, mucha de la plata que uno gasta viajando, se queda en museos y monumentos históricos. De modo que empiezo por entrar a la National Gallery, un museo rico en arte británico y europeo, con una vasta colección de impresionistas y post impresionistas, entre los que destaca ¨Los Girasoles¨ la gran obra de Van Gogh, y otros cuadros, igualmente importantes, que nunca descubrí como llegaron allí.
Un buen rato para mirar arte, y de nuevo al alboroto de la calle y la plaza que me espera para descansar un rato, mientras escucho a un aspirante a estrella que entona los grandes éxitos de The Beatles (de quien más, si no?)
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