En realidad es, de ser algo, un pequeño espacio en una esquina donde confluyen tres importantes avenidas y está marcado por el monumento de un arquero llamado Eros , bajo el cual la gente se sienta en unas gradas, a ver y ser vistos. (por cierto, lo de “circus” proviene del vocablo latino que significa circulo; no tiene nada que ver con trapecistas y payasos)
Pareciera que no hay nada más y tal vez sea verdad, pero mi sensación, al ver las pantallas que anuncian noticias en la esquina norte de la plaza, y el indetenible trasegar de gentes de todo tipo, que todo lo que va a revolucionar el mundo occidental pasa primero por esta exacta esquina. Es así de vivo.
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