miércoles, 7 de septiembre de 2011

Los Campos de Marte

Están detrás de la Torre, o delante, depende de donde se venga y son un espacio engramado y adornado por árboles y algunos lagos y esculturas, en el que todo el mundo se tumba para a) contemplar la Torre; b) tomarse una o varias botellas de vino; c) hacerse arrumacos; o todas las anteriores al mismo tiempo.
Será una costumbre que empiezo a descubrir sin saberlo, la mayoría de los “sitios” más turísticos de Paris tienen algo que ver con un jardín que, en verano, no demasiado inclemente según siento hoy, se convierten en los patios de juegos de locales y viajeros. Casi siempre hay buhoneros viandantes ofreciendo vino y champaña helada a precio de turismo, y algunas otras chucherías como para que empecemos rápidamente a desembolsar euros. Hoy es Los Campos de Marte, demasiado lleno de gente como para poder disfrutarlos realmente. No puedo imaginar todo lo que me espera.
Por esta noche, no me atrevo a comprar champaña de ocasión para tumbarme a consentirme en el jardín. Regreso al barrio, después de dos horas, a vivir mi primera noche en Paris.

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