Acabo de darme cuenta que en pocos minutos estaremos llegando a destino. Me he quedado dormido por un rato y al despertar me doy cuenta que atravesamos una modernísima autopista. Esto tiene que ser la ciudad.
Lo es. Por allá lejos veo algunas cúpulas y el autobús ha comenzado a transitar por calles que parecen acercarnos al terminal.
Hemos llegado a una plaza descubierta e intuyo que allí termina el trayecto y empieza mi acercamiento a esta ciudad que sueño con conocer desde hace años. El autobús se detiene en Baltiyskaya, una plazoleta descubierta que funge de terminal de autobuses.
Bajo, recojo mi maleta y encuentro, por primera vez, una dificultad recurrente: Aquí, nadie habla inglés. Necesito ayuda para llegar hasta el metro; tengo las direcciones para ir al hotel, pero no se por dónde empezar. De una manera bastante fortuita, descubro que estoy frente a una estación de metro. Voy hasta allá, hablo con un policía que no hace el menor intento por entenderme, me dedico a estudiar un mapa de líneas que hay en la pared de la estación y en esas, un señor inglés, muy amable, IPAD en mano, me explica cómo llegar a la estación de mi hotel.
Es sencillo. Compro el ticket (en realidad, un token) y por señas me explican que debo pagar otro token por la maleta. 50 rublos en total, un poco más de Un euro.
Entro al metro en Baltiyskaya y he aquí mi primera gran sorpresa: La estación parece un palacio. Es bellísima.!!!
Lo es. Por allá lejos veo algunas cúpulas y el autobús ha comenzado a transitar por calles que parecen acercarnos al terminal.
Hemos llegado a una plaza descubierta e intuyo que allí termina el trayecto y empieza mi acercamiento a esta ciudad que sueño con conocer desde hace años. El autobús se detiene en Baltiyskaya, una plazoleta descubierta que funge de terminal de autobuses.
Bajo, recojo mi maleta y encuentro, por primera vez, una dificultad recurrente: Aquí, nadie habla inglés. Necesito ayuda para llegar hasta el metro; tengo las direcciones para ir al hotel, pero no se por dónde empezar. De una manera bastante fortuita, descubro que estoy frente a una estación de metro. Voy hasta allá, hablo con un policía que no hace el menor intento por entenderme, me dedico a estudiar un mapa de líneas que hay en la pared de la estación y en esas, un señor inglés, muy amable, IPAD en mano, me explica cómo llegar a la estación de mi hotel.
Es sencillo. Compro el ticket (en realidad, un token) y por señas me explican que debo pagar otro token por la maleta. 50 rublos en total, un poco más de Un euro.
Entro al metro en Baltiyskaya y he aquí mi primera gran sorpresa: La estación parece un palacio. Es bellísima.!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario