A diferencia del extenso y reconocible metro de París, The Tube, como los ingleses llaman a su sistema subterráneo de transporte, es menos grande, tiene menos líneas y parece más moderno y menos manejable, a decir verdad.
Aquí lo que importa es saber el nombre de la línea en que uno debe moverse para llegar a destino y, una vez en ella, tener claro la estación en que hay que bajarse. Algunas estaciones tienen conexiones entre una línea y otra, por lo tanto conviene tener cuidado con los andenes para evitar el tren equivocado, ya que en el mismo anden pueden circular dos trenes con diferentes destinos.
Lo entendí después de un pequeño estudio (ya he dicho que estas cosas me superan), ayuda mucho que cada línea tiene un color y toda la información (abundante) sobre esa línea está en ese color. Ni modo, no hay manera de perderse incluso si alguien es tan despistado como yo.
martes, 13 de septiembre de 2011
The Tube
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