Por suerte, no tuve que ir muy lejos. Apenas alcanzo de nuevo la avenida, me siento en un café muy grato y me como una sopa buenísima de hongos, y unas brochetas de pollo muy sabrosas. Resuelto el asunto almuerzo, regreso a Kadriorg para dos de las visitas que completarán mis horas de Tallin.
La primera es el Palacio de Verano que Pedro el Grande mando construir para su esposa Catalina, allí en los predios de Kadriorg (Kadriorg significa Tierra de Catalina). El nombre “oficial” del Palacio es Catherinetal, o Valle de Catalina, y fue concebido como la residencia de Catalina I para sus veranos frente al mar. Lamentablemente, sirvió poco a sus propósitos iniciales pues Pedro El Grande murió antes de que el Palacio estuviera listo para ser habitado y ella perdió todo interés en él. Fue casi completamente abandonado por la realeza rusa en los siglos XVIII y XIX, hasta que, alrededor de 1930, el primer presidente de Estonia quiso convertirlo en su residencia oficial y emprendió una costosa y exhaustiva restauración que no llegó a nada, pues ante las críticas que recibió el proyecto, fue nuevamente abandonado en sus propósitos, y convertido en Sede del Museo de Arte de Estonia. Un nuevo palacio presidencial se construyó un poco más abajo (puede verse dentro del parque) y finalmente, el hermoso parque, los jardines y la fantástica mansión que pudieron haber servido de “hogar” a la mujer pobre y de origen desconocido que se casó con Pedro I y se convirtió en Emperatriz Catalina I de todas las Rusias; tuvo un destino feliz: Albergar la colección de arte extranjero del Museo de Bellas Artes de Estonia.
sábado, 17 de septiembre de 2011
Catherinetal, un palacio inesperado
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