viernes, 9 de septiembre de 2011

Montmartre

Es una de las pequeñas colinas de París y posiblemente uno de sus barrios más encantadores y sin duda, más turísticos. Fui hasta allá atraído principalmente por la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, que corona la cúspide de la colina y es preciosa, y la verdad es que me encantó el ambiente del lugar, aunque una vez más tuve la tentación de salir corriendo, huyendo de buhoneros y gente con una pinta más bien rara. No lo sé, pero creo que esas son manías adquiridas en tantos años de luchar contra gente que no sirve.
Tal vez por la hora en que anduve merodeando sus callecitas empinadas, no tuve mucha suerte para disfrutarlo. Sin embargo, creo que me divirtió mucho darle una mirada a las galerías de arte (un par de ellas muy buenas) y sus tiendas de artesanía diferente. Hacia buen tiempo además, lo que permitió que los cafés estuvieran bastante poblados y resultaran entretenidos. El tío vivo de la plaza, en la esquina del funicular, me pareció reamente encantador; pero, no alcancé a encontrarme con los famosos pintores de Montmartre, posiblemente porque no los andaba buscando o porque no era su hora para poblar la Place du Tertre, ni me pareció buena idea meterme sólo en el Moulin Rouge.
De todos modos, me sentí bastante recompensado con la Iglesia, una impresionante mole de piedra blanquecina de raro estilo románico – bizantino, construida a finales del siglo XIX que reposa en lo alto de una larga escalinata. Desde allí las vistas de París son hermosas y allí me quedé, por un buen rato, descansando de la larga caminata del día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario