miércoles, 7 de septiembre de 2011

Paris, la asignatura pendiente

Lo que pasa con Paris es que uno tiene la certeza de que está allí. Que nunca se moverá. Que a los franceses lo que les importa es seguir cuidando esa ciudad por todas las vidas que les faltan por vivir y que por eso, en algún momento, uno “caerá” por allá.
Entonces, pasas toda la vida postergándolo, esperando el momento idóneo, la plata necesaria, la compañía ideal y terminas pasando una vez y otra y otra, por el aeropuerto Charles de Gaulle sin salir de él; pues, si todos los caminos conducen a Roma, pareciera que todos los vuelos pasan por el Charles de Gaulle.
No, no se puede dejar para después. No sabemos si habrá futuro. No hay garantías. Paris no puede seguir siendo la asignatura pendiente. No más.

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