Hay una rara coincidencia general: si usted va a Bélgica, además de ir a Bruselas, no hay razón alguna que justifique dejar de ir a dos ciudades muy cercanas, consideradas por millones de personas las más bellas de Europa: Gante y Brujas. Se habla mucho de Amberes, pero no la incluimos esta vez, no sé bien porque.
Gante, (GENT en flamenco) es la primera de las escalas que uno hace obligatoriamente en el camino a Brujas, la gran ciudad de Bélgica. Para muchos turistas pasa un poco desapercibida o no se incluye en el itinerario, pues la fama de su vecina la apabulla. Es un error. En el camino a Brujas, nada es más sencillo que pararse en Gante y empezar a disfrutar las maravillas medievales que Bélgica esconde con atención de buena madre.
Se llega con mucha facilidad: el tren que se toma en Bruselas, con destino a Brujas, para en Gante. El costo del boleto es de 12 euros aprox. (en fin de semana tiene un descuento de 50%) y el único cuidado que hay que tener es, que es necesario decir en el momento de la compra del boleto, que efectivamente nos detendremos en Gent - St Pieters, pues ellos deben emitir boletos para cada destino. El trayecto dura 35 minutos o un poco menos y se trata simplemente de un tren de cercanías. Con suerte (nosotros la tuvimos) iras sentado y el trayecto se hará más grato.
Estuvimos pocas horas, que creo no fueron suficientes, pero valió muchísimo la pena. Gante es uno de los descubrimientos más sorprendentes y una de las ciudades más bellas que han visto mis ojos.
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