Es todo “un viaje al pasado”. El Castillo de los Condes de Flandes es una extraordinaria fortaleza medieval que se ubica en pleno centro de la ciudad, y está conservada con una exquisitez poco usual. Rodeada por un foso, fue construida por Felipe de Alsacia y durante un largo periodo fue la residencia oficial de los poderosos Condes de Flandes.
Se le conoce también como EL GRAVENSTEEN y en su interior ha alojado numerosos usos: Fue casa de la Moneda, prisión, e incluso llegó a ser fabrica de algodón. Actualmente es un museo de la tortura: en sus paredes hay una impresionante colección de armas e instrumentos de tortura, torniquetes con los que se aplastaban los pulgares, una guillotina y algunas otras linduras.
Tengo que decir que realmente no me gustan las armas, ni siquiera las medievales y no me alegra ver instrumentos de tortura, así que decidí, después de una corta vuelta, dedicarme a los gratos jardines y a escudriñar otros detalles de la fortaleza.
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