miércoles, 5 de septiembre de 2012

Dulces y chocolates y más dulces

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No soy un gran amigo del chocolate, casi nunca lo como. Suelo preferir los postres que tienen sabores frutales y los caramelos y mermeladas de otros sabores. Eso lo digo al tiempo que reconozco que no entiendo la vida sin un buen postre. Desde hace siglos, mi primera curiosidad al entrar a un restaurante, es la carta de los postres, así de fanático soy.
De modo que Bruselas está a punto de convertírseme en un problema: si algo abunda en nuestros paseos por estas bellísimas calles del centro, son las chocolaterías y dulcerías. Es imposible resistirse a probar algo en cada una. Vas pasando y los simpáticos vendedores te ofrecen muestras de gomitas, dulces, mermeladas y bombones de todo tipo del mejor chocolate del mundo (en muchos casos hecho a partir del cacao venezolano, por cierto) en unas tiendas tan lujosas como una joyería, en las que provoca entrar sólo por curiosear un poco.
De entre todos los dulcitos que pueden conseguirse en Bruselas, y apartando el chocolate para quien lo disfruta, no creo que pueda olvidar los Caburdones: unos exquisitos caramelos de frutas en forma de conos, rellenos con mermelada, que son el vicio más fácil de adquirir en cualquier visita a Bélgica.
Inolvidables!!!
 
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