Volviendo al tema de los sitios en los que uno duerme cuando anda por ahí: Hasta en eso hemos tenido suerte en esta pasada por Brujas. Qué maravilla de habitación y que hotelazo nos ha tocado en esta parada.
Claro que con sus bemoles, para ser honestos: hemos conseguido un ático en el corazón del centro de la ciudad, que nos deja sin palabras cuando entramos a conocerlo. Es una escenografía; una amplia buhardilla con mezzanina, donde hay dos camas minúsculas (en una de las cuales dormiré yo) y un piso principal de madera y piedra donde dormirán los demás. Un par de escalones arriba, un espacioso baño con bañera de patas de león, en donde habrá que ducharse sentado y con manguerita. Hemos estudiado todas las posibilidades y he salido yo, de hombre de la familia, a dictar un breve taller de cómo ducharse en esta bañera de peltre porcelanizado y no morir en el intento.
Realmente, habrá que agradecerle a los dioses. El Botherhuis Hotel de Brujas, no ha sido sino otra razón para estar y ser felices.
Buenas noches y dulces sueños.
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