Sigo caminando hacia arriba, después de un rato muy ameno en mi jardín favorito, dejándome llevar por las callecitas del centro, disfrutando enormemente del paisaje urbano, cuando una placa en la pared de una linda casa, convertida en restaurantes y oficinas, me llama la atención. Dice que esa casa fue la que habitó el Libertador Simón Bolívar durante su estancia en Paris.
A juzgar por la buena pinta de la casa y la decencia del barrio, no hay duda que al Libertador le encantaban las buenas juntas, las casas bien montadas y la buena mesa. Como buen oligarca, pues.
A juzgar por la buena pinta de la casa y la decencia del barrio, no hay duda que al Libertador le encantaban las buenas juntas, las casas bien montadas y la buena mesa. Como buen oligarca, pues.
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