En un día dedicado a museos y, gracias a que hoy he decidido moverme más en metro y menos a pie, para ganar tiempo, salgo de casa armado del Museum Pass y me encamino al interior del Louvre.
Ayer, que estaba cerrado, (cierra todos los martes) tuve suficiente tiempo para admirar el esplendido conjunto de edificios. Hoy le toca a lo de adentro. He tomado la línea 1 hasta la estación Palais Royal – Musee du Louvre y al bajarme en el museo, descubro que tiene un paso subterráneo hasta el gran lobby del museo, llamado Carrousel del Louvre. Es decir, me he librado de hacer la larga cola bajo el sol. Este lobby en realidad, es un gran centro comercial con tiendas de marcas famosas y algunos anticuarios, y es en esos pasillos donde me toca esperar. Afuera, 30 ° C harían muy complicada la fila para entrar, que a pesar de estar tan nutrida como puede esperarse en un día de mediados de Agosto, avanza con rapidez. En menos de 30 minutos me encuentro, por fin, a la entrada de uno de los pabellones. He llegado al museo más famoso del mundo.
Ayer, que estaba cerrado, (cierra todos los martes) tuve suficiente tiempo para admirar el esplendido conjunto de edificios. Hoy le toca a lo de adentro. He tomado la línea 1 hasta la estación Palais Royal – Musee du Louvre y al bajarme en el museo, descubro que tiene un paso subterráneo hasta el gran lobby del museo, llamado Carrousel del Louvre. Es decir, me he librado de hacer la larga cola bajo el sol. Este lobby en realidad, es un gran centro comercial con tiendas de marcas famosas y algunos anticuarios, y es en esos pasillos donde me toca esperar. Afuera, 30 ° C harían muy complicada la fila para entrar, que a pesar de estar tan nutrida como puede esperarse en un día de mediados de Agosto, avanza con rapidez. En menos de 30 minutos me encuentro, por fin, a la entrada de uno de los pabellones. He llegado al museo más famoso del mundo.
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