Pero no la mejor, ni mucho menos.Hemos pasado toda la mañana en dos museos impostergables: El Museo de la Acrópolis y el Museo Arqueológico Nacional, así que ya nos parece que lo próximo es estar, por fin, en alguna Isla.
Vamos a pasar el resto del día en EGINA, una isla cercana que nos resolverá (esperamos) esa asignatura pendiente
Estamos maravillados después de haber visto la cantidad de piezas increíbles que albergan estos dos museos, uno de los cuales, (el de la Acrópolis) está estrenando edificio, a los pies de la Acrópolis y es realmente indescriptiblemente hermoso.
Con esta sensación de plenitud nos vamos en el metro hasta El Pireo, puerto de Atenas, y de allí embarcamos en una lancha rápida hasta Egina, una de las islas Cycladicas, las más cercanas a Atenas.
Egina es una ciudad importante y grande, por lo tanto, casi nos decepciona. Buscábamos una islita de esas paradisíacas que todos hemos visto en películas, y lo que encontramos es una ciudad bastante turística y aunque con un encanto muy suyo, un poco desordenada y un poco cara, como todo aquí. Finalmente, después de mucho preguntar, logramos ir hasta una playa considerada una de las mejores de la isla y francamente…para playas, nuestro Caribe no tiene rival. Baio Baio no pasa de ser una playita rocosa, sin orilla natural y sin mayores encantos; aun así pasamos un buen rato disfrutando del sol y del agua fría mediterránea y regresamos a la ciudad para pasear un poco por sus callecitas. No estuvo mal del todo y la pasamos rico, pero no es un lugar para volver. Simplemente.
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