martes, 15 de septiembre de 2009

Llegaron los tios

Estaba equivocado, los tíos llegan dentro de un rato. Nos acabamos de enterar que andan perdidos en el camino y hay que esperarlos; ellos, tanto como nosotros, no tienen la menor idea de donde queda este pueblo, con la desventaja de venir manejando desde Atenas o algún lugar cercano, hace más de 7 horas. Me niego a irme a dormir hasta no estar seguros de tenerlos instalados en una habitación cercana.
Tiri y Fred son los tíos díscolos de Rayita. Tiri, hermana de la Gorda, heredó el buen humor y el buen amor de La Nona y desde toda la vida me ha fascinado estar cerca de ella. Lamento verla mucho menos de lo que me gustaría, y además ando curiosísimo por tener, finalmente, la oportunidad de intercambiar algo más que saludos con Fred, el marido franchute con quien comparte vida en París.
La llamada de la cercanía sucede cerca de la medianoche. Salimos caminando hasta un cruce de caminos para encontrarlos. Estoy contento, pero Rayita esta trepando por las paredes. Es increíble como se le ilumina la vida con este encuentro.
Han llegado, hay gritos y algarabía, hay emoción (una más) y hay ganas de conversar indefinidamente…

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