miércoles, 9 de septiembre de 2009

GRAND MISTRAL



Hace tantos años que no hago un crucero que siento esta experiencia como un asunto nuevo cuyos códigos tendré que reaprender. Entramos al barco un día antes de la fecha de partida para aclimatarnos un poco y ahorrarnos una noche de hotel en Istanbul.
El panorama y el estilo del viaje acaban de cambiar completamente. Ya no habrá largas caminatas, ni consultas apresuradas a guías, ni decisiones importantes. A partir de hoy ponemos nuestras vacaciones en manos de la amabilísima tripulación de un inmenso trasatlántico español que se ocupará de nosotros.
Por supuesto, mis primeras reacciones van del estupor a la aprehensión y de allí a la ansiedad. No tengo idea de si me gustará, en este momento de mi vida, emprender este viaje de esta forma, pero voy a probarlo. A veces hay sorpresas…

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